dijous, 25 de setembre del 2008

Supresión de puestos de trabajo

Leo en el periódico la noticia de que Reanault despedirá a 2.000 personas más, lo que van a ser un total previsto de 6.000.
Según reza el titular del periódico “Renault anuncia la supresión de otros 2.000 puestos de trabajo”. Supresión es una palabra muy “polite” para decir que despedirán a 2.000 trabajadores.
Leyendo esta y otras noticias del mismo carácter, despidos de cantidad importante de trabajadores, ERE’s, en distintas compañías del sector automovilístico me planteo una serie de cuestiones.
Aunque esto no es exclusivo de este sector, últimamente ha habido varios ERE’s en la industria automovilística.
En teoría las empresas están, en la sociedad no sólo para ganar dinero, si bien esto es imprescindible para su buen funcionamiento. A mi entender las empresas contribuyen o deberían contribuir al desarrollo de la comunidad dónde residen, muchas así lo hacen. Están para ayudar al desarrollo de la economía y de la riqueza del lugar dónde se ubican. Repito a mi entender.
Pues bien cuando una empresa despide a un número considerable de trabajadores, el pueblo, ciudad, región, incluso país dónde se ubica la empresa se ve afectado seriamente.
El trabajador que ya no percibe un salario, pierde poder adquisitivo, pierde capacidad de ahorro, pierde capacidad de invertir dinero en ocio, pierde, en definitiva, el sistema económico que tiene montado.
El entorno del trabajador pierde a una persona ocupada, en muchos casos contenta y feliz de poder trabajar.
La economía que rodea al trabajador percibe menos ingresos ya que el afectado disminuye sus gastos, por obligación.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, creo que las empresas, y no todas, hay que separar el grano de la paja, simplemente “regulan empleo” según sus resultados económicos. Quiero decir, que no se despide a un número importante de trabajadores cuando la empresa empieza a dar pérdidas, o cuando se prevé que esto va a ocurrir. Se despide cuando los beneficios bajan, cuando no se gana tanto como se desea.
Muchas de estas empresas, repito, no todas, dan unos beneficios escandalosamente exorbitantes, y los beneficiarios se llenan los bolsillos sin mirar atrás, sin ningún pudor, pensando en que “el dinero es mío y hago con él lo que quiero, y si no, que lo hubiera puesto otro”.
Pienso que las empresas tienen una obligación con la sociedad, y a parte de pagar impuestos deben plantearse otras cosas, y tener en consideración las consecuencias de las decisiones que toman, más cuando afectan a las personas que son el motor y el alma de su producción y su razón de ser.
"notícia"

dimecres, 17 de setembre del 2008

Qué vamos a hacer?

Es que realmente hay mucho inconsciente. Y ahora que pasa con los que no hicieron caso de los avisos, nos creemos que vendrá el BCE y nos va a inyectar en la cuenta corriente unos eurillos para salir adelante como está haciendo la Reserva Federal en los EUA. Efectivamente el BCE ha inyectado "money" en la economía, pero a los mortales no los salva nadie. No queda otra que apretarse el cinturón y hacer las cosas con cabeza y no mirando lo que hacen los demás, cada uno lo que pueda.
Dónde vamos a ir a parar?

dimarts, 16 de setembre del 2008

La vuelta




Sí, es verdad ya hace una semana que he empezado a trabajar y unos diez días que he vuelto de vaciones, pero este año gracias a tener unas buenas vacaciones he aterrizado suavemente y no he tenido malas sensaciones ni síndrome traumático degenerativo, ni leches. Por contra puedo afirmar que estoy contento de haber vuelto.

Siempre dejando claro que estar de vacaciones es mejor que ir a trabajar, sin duda, y más si las vacaciones son equilibradas y relajantes, o al menos relativamente relajantes.

He descansado tanto mental como físicamente y estoy listo para afrontar este último trimestre con ganas y energías renovadas, lo que me echen.

La vuelta empezó con una clase el primer viernes que estaba en casa, gracias al contenido de los temas y a los "impartidores" fue muy bien. El volver a ver a mis queridos compañeros de clase también ayudó mucho.

La vuelta al trabajo también fue muy bien, sin ningún "cuerpo extraño" en mi mesa, con todo rodando tal y como lo dejé casi un mes antes, y sin incidencias.

A lo mejor es suerte, pero creo que nada ocurre por que sí, ni nada cambia sin más. Por tanto puedo sentirme satisfecho del buen trabajo realizado todo el año, por mis compañeros y por mi mismo y por nuestros pastores que nos han guiado muy bien.

También he de decir que la vuelta al trabajo fue después de unos días muy completos de fiestas patronales, con reecuentros y momentos inolvidables, de carcajadas y buena compañía.

Para rematar el martes era fiesta en Madrid y pude llevar a mi hija al colegio, con la sorpresa de que me encontré de nuevo, como el año pasado, un plan de acogida diseñado por alguna mente brillante que me obligó a quedarme en la clase con mi hija y el resto de niños para que el proceso de vuelta al cole no les resulte tan traumático. La verdad, la mayoría de ellos no me parecieron nada traumatizados, no hicieron caso alguno a los progenitores que estábamos allí, escepto en algún momento puntual.
Me llenó de orgullo ver la sociabilidad de mi hija a pesar de su corta edad, de ver como se desenvolvía con todos sus compañeros y con los mayores que pululaban por allí. Me encantó ver como mi hija promovía un momento de dibujo para todos sus compañeros, instando a la profesora a repartir colores y papel para todos sus colegas y sentándose todos en las mini-mesas como si fuera una actividad planificada de clase.

Pues nada que aquí estoy, de vuelta al cole, al curro, al día a día, reluciente y a punto como un F-1 en la parrila de salida.


Salut!!!!